El punto de vista siempre es importante. El ataque de un oso en “El renacido” no sólo marca el devenir de la historia, sino que logra que el espectador se sienta agredido por el plantígrado y, por lo tanto, más identificado con el protagonista. En la comunicación corporativa, hay que conseguir que muestre el mensaje y de una manera creíble para que el lector se sienta protagonista.
Decía García Márquez que la primera frase es la que marca la narración de la historia. Mejor que no siga leyendo al que no le impacte aquello de “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”. Otro ejemplo mágico es el de Kafka en la “Metamorfosis”, cuya primera frase era la terrorífica “Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto”. En ambos casos, se mezcla un elemento insospechado, el fusilamiento, el insecto, en una frase aparentemente sencilla.
La comunicación corporativa no permite estas licencias literarias, pero sí que tiene sus ganchos. Dovifat, uno de los padres del periodismo, decía que había que enganchar al lector al principio, desde el titular, y no soltarlo hasta el final. En este ámbito corporativo, la reina de los géneros es la información. Y la información, no así la columna, la crónica, la entrevista o el reportaje, exige un tono neutro, descriptivo, en tercera persona e impersonal, que jerarquice el interés de la información empezando desde un buen titular . La parte dramatizada siempre puede aportarla la declaración de un responsable de la organización. Todo esto lo aprende un periodista en el primer año universitario.
Lo que se aprende a posteriori es que el medio también condiciona las formas de comunicar un mensaje . No es lo mismo hacer una información de 30 segundos para la radio que para la tele y, ni mucho menos, con escribir una página entera para un periódico, una nota de prensa para los medios o una nota interna para las personas de la organización.
Hace años, un pope decía que el libro electrónico llegaría el día que se pudiera leer en la cama como un libro. Hace tiempo que eso ha ocurrido, pero también es cierto que los 140 caracteres de un tweet han marcado una nueva era comunicativa. Eso también lo sabe el periodista digital y la necesidad de una continua adaptación a las nuevas plataformas.
¿Tiene tiempo para comunicar? Si no es así, hágase con los servicios de un periodista , alguien que sepa buscar el atractivo y la forma adecuada para lo que quiere contar. Un periodista conoce lo que otro informador requiere, sabe de premuras, cierres, ritmos editoriales…. Un buen escribidor puede resolver su necesidad de comunicación utilizando el adecuado punto de vista. Vargas Llosa, un gran procesador de contenidos, ya lo apuntaba en su autoinspirada “La tía Julia y el escribidor”. En el relato, construido desde diferentes puntos de vista, se intuía el poder eterno de la palabra, incluso para radionovelas progresivamente enloquecidas. En realidad, lo mismo servía entonces para una historia sobre la juventud inmediatamente disfrutada contra las convenciones de un joven con su tía que ahora para el convencional deleite de un octogenario con una señora de menor edad.
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